Los impagos de préstamos para automóviles alcanzaron los niveles de 1992: ¿una señal de advertencia para la economía estadounidense?

Un número cada vez mayor de estadounidenses se está atrasando en los pagos de sus automóviles a un ritmo no visto desde principios de los años 1990, lo que genera preocupaciones sobre una inestabilidad económica más amplia. Datos recientes de Fitch Ratings revelan que el 6,65% de los prestatarios de automóviles de alto riesgo tenían al menos 60 días de morosidad en octubre, una cifra récord. Este aumento de los impagos no es sólo un problema pospandémico; es una tendencia que empeora y que podría tener consecuencias significativas tanto para las personas como para el sector financiero.

La crisis de las hipotecas de alto riesgo se profundiza

Los datos se centran en prestatarios de alto riesgo : personas con puntajes crediticios más bajos que enfrentan tasas de interés más altas. Suelen ser personas con una flexibilidad financiera limitada, lo que significa que son los más vulnerables cuando aumentan las presiones económicas. Mientras los prestatarios prime (aquellos con buen crédito) mantienen una tasa de morosidad estable del 0,37%, el sector subprime está mostrando serias grietas.

La situación es tan grave que dos prestamistas de alto riesgo estadounidenses, Tricolor y PrimaLend, se declararon en quiebra en septiembre y octubre, respectivamente. Esta pérdida de opciones crediticias restringe aún más el acceso al crédito para los prestatarios que ya están en dificultades.

Por qué esto es importante

Los impagos de préstamos para automóviles son a menudo un indicador temprano de dificultades financieras más amplias. Cuando las familias se ven obligadas a elegir entre necesidades como comida, alquiler y pagos del automóvil, el préstamo para el automóvil suele ser el primero en desaparecer. Esto no se trata sólo de automóviles; refleja una restricción más amplia de los presupuestos familiares.

La deuda total pendiente de préstamos para automóviles en Estados Unidos supera ahora los 1,66 billones de dólares, y la Federación de Consumidores de Estados Unidos (CFA, por sus siglas en inglés) cree que estos problemas de financiación de automóviles presagian problemas económicos mayores que aún no se han materializado por completo.

Perspectivas conflictivas

No todos están de acuerdo sobre la gravedad de la situación. Algunos analistas, como los de Cox Automotive, sostienen que no existe un riesgo inmediato de un “efecto dominó” generalizado. Sin embargo, las crecientes tasas de morosidad y las quiebras de los prestamistas sugieren una creciente fragilidad en el mercado de financiación de automóviles.

No se debe descartar el hecho de que los impagos están reflejando niveles de principios de los años 1990. Esta es una señal clara de que muchos estadounidenses están luchando para mantenerse al día con los costos crecientes, y las consecuencias podrían extenderse más allá de los vehículos embargados.

El creciente número de impagos pone de relieve la presión que soportan los consumidores estadounidenses, y esta tendencia merece una estrecha vigilancia como posible indicador de una debilidad económica más amplia.