El director ejecutivo de Onvo de Nio, Shen Fei, ha criticado públicamente la tendencia hacia baterías cada vez más grandes en los vehículos eléctricos (EV), calificándola de un uso ineficiente de los recursos en un mercado con una infraestructura de carga cada vez más confiable. En una entrevista reciente con el medio de comunicación chino The Paper, Shen argumentó que las baterías de gran tamaño añaden costos innecesarios para los consumidores y fabricantes al tiempo que ocupan un valioso espacio en la cabina. La declaración se produce cuando Nio expande agresivamente su red de intercambio de baterías, posicionando la tecnología como una alternativa superior tanto a los vehículos eléctricos tradicionales como a los vehículos de autonomía extendida.
El intercambio de baterías como modelo rentable
Nio está invirtiendo mucho en su infraestructura de intercambio de baterías, con el objetivo de duplicar la capacidad para mediados de 2026 con más de 8.000 paquetes de baterías nuevos. Esta expansión no se trata sólo de conveniencia; Shen reveló una lógica económica convincente. La empresa pretende beneficiarse del arbitraje de precios de la electricidad. Al cargar las baterías durante las horas de menor actividad e intercambiarlas en los vehículos, Nio puede generar ingresos significativos.
“En la provincia de Zhejiang, cada batería en nuestras estaciones de intercambio gana aproximadamente 0,17 dólares por kilovatio-hora debido a las diferencias de precios”, explicó Shen. “Eso se traduce en más de 8 dólares de beneficio diario por batería, o casi 2.800 dólares al año”. A nivel nacional, los retornos promedian entre $1,680 y $1,820 por batería cada año. Esto hace que la inversión sea muy rentable, especialmente teniendo en cuenta la larga vida útil de los paquetes de baterías modernos.
El comportamiento del consumidor favorece las baterías más pequeñas
Sorprendentemente, alrededor del 40% de los propietarios de Onvo L90 cambian voluntariamente de la batería estándar de 85 kWh a una opción de 60 kWh a través del programa Batería como servicio (BaaS) de Nio. Esto no es sólo un ahorro de costos ($504 al año en tarifas de alquiler), sino que también refleja una disminución en la “ansiedad por el alcance” a medida que la carga se vuelve más accesible. La tendencia desafía la carrera de la industria por incluir cada vez más capacidad en los vehículos eléctricos.
Shen criticó directamente la lógica de las baterías más grandes: “Agregar baterías más grandes es incremental. El intercambio de baterías es una innovación sistémica”.
El panorama general: la infraestructura impulsa la elección
Actualmente, Nio mantiene una proporción de vehículo por estación de intercambio de 60:1. La compañía cree que la capacidad óptima de la estación es de entre 4 y 7 paquetes de baterías, lo que garantiza una disponibilidad adecuada para las distintas necesidades de los clientes. El argumento central es simple: a medida que mejora la infraestructura de carga, disminuye la necesidad de baterías masivas.
El lema interno de Nio, “Los híbridos culminan en vehículos puramente eléctricos y los vehículos puramente eléctricos culminan en el intercambio de baterías”, destaca la visión a largo plazo de la empresa.
El mercado está respondiendo. Los fabricantes de automóviles están equipando a los híbridos con baterías cada vez más grandes para compensar las limitaciones de carga, y algunos modelos ahora superan la capacidad de muchos vehículos eléctricos completos. Sin embargo, los datos de Nio muestran que los clientes están dispuestos a cambiar capacidad por costo y conveniencia cuando existen alternativas viables.
Conclusión: La postura de Nio sobre el tamaño de la batería subraya un cambio más amplio en la industria de los vehículos eléctricos. A medida que la infraestructura madura, la atención se centra en pasar de la simple gama a soluciones flexibles y rentables, como el intercambio de baterías. Este modelo no sólo ofrece ventajas financieras sino que también desafía la sabiduría convencional sobre la tecnología de baterías.

















