Hyundai y Kia llegaron a un acuerdo multiestatal que les exige reparar casi 9 millones de vehículos propensos a ser robados debido a un defecto de diseño aprovechado por una tendencia viral de TikTok. La solución, que se estima costará más de 500 millones de dólares, implica la instalación de dispositivos antirrobo en automóviles fabricados entre 2011 y 2022 que carecían de inmovilizadores de motor estándar. Esto sigue a un aumento dramático en los robos de vehículos en los EE. UU. después de que un desafío en las redes sociales de 2021 popularizara métodos sencillos de robo de automóviles.
La raíz del problema: faltan inmovilizadores
Durante años, Hyundai y Kia fabricaron vehículos sin inmovilizadores de motor, una característica de seguridad común en la mayoría de los demás automóviles que evita el cableado caliente. Esta omisión dejó a sus modelos especialmente vulnerables a una técnica difundida a través de TikTok, que permite a los ladrones eludir los sistemas de encendido con herramientas simples. Los fabricantes de automóviles continuaron esta práctica hasta bien entrada la década de 2020, a pesar del conocimiento generalizado del riesgo. El acuerdo les obliga a rectificar esta elección de diseño de forma retroactiva.
Qué cubre el acuerdo
Según el acuerdo alcanzado por 35 estados, incluidos California, Nueva Jersey y Nueva York, Hyundai y Kia:
- Ofrecer reparaciones gratuitas a propietarios de vehículos elegibles. La solución principal es una funda de zinc instalada en la cremallera de dirección, que bloquea físicamente el acceso al cilindro de encendido.
- Pagar hasta $4,5 millones en restitución a las víctimas cuyos automóviles resultaron dañados durante los robos.
- Exigir inmovilizadores de motor en todos los modelos futuros de EE. UU., aunque ambas compañías afirman que ya estaban implementando este cambio.
Por qué esto es importante
El acuerdo no se trata sólo de arreglar coches; se trata de responsabilidad corporativa y las consecuencias en el mundo real de la reducción de costos en el diseño de vehículos. El hecho de no incluir características de seguridad básicas en millones de automóviles expuso a los consumidores a pérdidas financieras, daños a la propiedad e incluso peligros físicos. La tendencia viral del robo demostró cuán rápido las redes sociales pueden amplificar las vulnerabilidades, obligando a los fabricantes de automóviles a responder bajo presión legal y pública.
Este caso resalta la importancia de las medidas de seguridad proactivas en lugar de soluciones reactivas. Los fabricantes de automóviles deben priorizar la seguridad desde el principio para proteger a los consumidores y evitar futuras explotaciones.
Hyundai y Kia han creado fondos para compensar a los propietarios afectados, pero el daño a largo plazo a la reputación de su marca puede ser más difícil de reparar. El acuerdo cierra un capítulo de esta saga, pero también sirve como advertencia para la industria: las fallas de seguridad pueden tener consecuencias costosas y generalizadas.


















