El Mitsubishi Lancer Evolution VI, producido entre 1999 y 2001, sigue siendo un automóvil de alto rendimiento legendario, venerado por su excepcional manejo y velocidad vertiginosa. Era sólo un coche rápido; Era una máquina meticulosamente diseñada y construida alrededor de una potente combinación de tecnología derivada del rally y usabilidad diaria. Esta revisión profundiza en lo que hizo que el Evo VI fuera tan especial, destacando sus características clave y evaluando sus fortalezas y limitaciones.
Maravilla tecnológica: tracción total y control activo de guiñada
En el corazón del impresionante rendimiento del Evo VI se encuentra una trifecta de tecnología avanzada: un sofisticado sistema de tracción total, un motor turboalimentado y un sistema electrónico de control activo de guiñada (AYC). El sistema normalmente divide el par 50/50 entre los ejes delantero y trasero, aunque esta relación se ajusta automáticamente según las condiciones de la carretera.
El sistema AYC es particularmente digno de mención. Utilizando un conjunto de sensores, monitorea continuamente el ángulo de dirección, la fuerza de frenado, la posición del acelerador y la aceleración longitudinal. Luego ajusta inteligentemente los diferenciales delantero y trasero para contrarrestar el subviraje y el sobreviraje, eliminando virtualmente características de manejo indeseables.
Interior y entorno de conducción: función sobre flash
El Evo VI fue diseñado para ser un automóvil para el conductor y ese espíritu se refleja en su interior. Si bien no es lujosa, la cabina es ergonómicamente excelente. Los gruesos asientos Recaro, que brindan un agarre excepcional, y los distintivos instrumentos en blanco sobre azul ofrecen señales visuales de las capacidades del automóvil.
La posición de conducción es impecable, con pedales perfectamente alineados, un volante Momo multiajustable y una palanca de cambios en una posición ideal para cambios rápidos. La calidad, aunque típica de una berlina japonesa producida en serie, está bastante a la par de rivales europeos como el Volkswagen Golf, y carece de la sensación de solidez que cabría esperar.
Practicidad y usabilidad: más que un simple coche de rally
A pesar de sus credenciales de rendimiento, el Evo VI demostró ser sorprendentemente práctico. Es un auténtico cuatro plazas con un maletero de tamaño decente, que a menudo se pasa por alto debido a sus otros impresionantes atributos.
La verdadera fortaleza del Evo VI no es simplemente su velocidad, sino su facilidad de uso en condiciones del mundo real. Si bien un TVR Cerbera puede ser más rápido en una pista seca y recta, el Evo VI lo supera consistentemente en escenarios de conducción más típicos. Esta ventaja no se debe únicamente a su sistema de tracción total, sino también a la amplia banda de potencia del motor: un enorme rango de 5000 rpm donde hay disponible un par significativo.
Rendimiento bruto: aceleración y manejo
La aceleración del Evo VI es realmente impresionante. Desde parado, alcanza las 60 mph en sólo 4,4 segundos y las 100 mph en 11,2 segundos, con una velocidad máxima de 150 mph. El sprint de 50 a 110 km/h tarda sólo 4,1 segundos, una cifra que rivaliza incluso con la de un Ferrari 550 Maranello.
Pero la destreza del Evo VI se extiende más allá de la velocidad en línea recta. En las curvas es donde realmente brilla, brindando una experiencia de conducción similar a pilotar un avión de combate. Su capacidad para atravesar curvas y mantener la tracción es simplemente notable y aparentemente desafía las leyes de la física.
La tracción es tan impresionante que salir de curvas lentas y mojadas a toda velocidad es un aumento controlado de potencia. La dirección, aunque inicialmente parece demasiado receptiva, se adapta rápidamente a las acciones del conductor, brindando una experiencia de manejo sorprendentemente fluida.
Eficiencia y alcance: una ventaja inesperada
Dado su desempeño, uno podría esperar una economía de combustible pobre, pero el Evo VI es notablemente eficiente. Alcanzar más de 23 mpg en diversas condiciones de conducción, llegando a casi 30 mpg en rutas más largas, demuestra un notable equilibrio entre velocidad y eficiencia. El único inconveniente importante es el alcance limitado del tanque de 13 galones: en realidad, alrededor de 280 millas.
El Mitsubishi Lancer Evolution VI no es solo un auto rápido: es un testimonio del poder de la ingeniería de rally, que ofrece una combinación única de velocidad vertiginosa, manejo excepcional y usabilidad sorprendente.
