Las fuerzas del orden australianas han incautado vehículos de alta gama, incluidos un Mercedes-AMG G63 y un Toyota LandCruiser Serie 70, junto con millones de dólares en ganancias presuntamente delictivas como parte de una investigación en curso sobre el comercio ilegal de tabaco. La operación, encabezada por la Policía Federal Australiana (AFP) y su Grupo de Trabajo sobre Confiscación de Activos Criminales (CACT), pone de relieve una tendencia creciente a apuntar a los beneficios financieros de actividades ilícitas, incluso sin condenas penales inmediatas.
Alcance de las incautaciones
La confiscación de activos incluye no sólo los dos vehículos sino también dos propiedades comerciales, tres propiedades residenciales, una moto acuática y aproximadamente $1 millón en múltiples cuentas bancarias. El valor total de los activos restringidos supera los 8,4 millones de dólares. Las incautaciones fueron provocadas por una investigación sobre un hombre de Queensland de 27 años sospechoso de vender tabaco y vaporizadores ilícitos en el Territorio del Norte.
Entre febrero y junio de 2024, la policía del NT incautó por sí sola casi 946.000 cigarrillos, más de 12.000 vaporizadores de nicotina, 86 kg de tabaco suelto, 1.400 bolsas falsificadas con etiquetas de advertencia sanitaria y 644 botes de óxido nitroso. Estas cifras indican una importante operación de mercado negro que opera dentro del territorio.
Marco legal y aplicación
Las confiscaciones se rigen por la Ley sobre el Producto del Delito de 2002, que permite a las autoridades liquidar los activos incautados a través del Fideicomisario Oficial de la Autoridad de Seguridad Financiera de Australia. Los fondos resultantes luego se canalizan hacia programas de prevención y desviación del delito. Esta legislación es crucial porque permite a las fuerzas del orden desbaratar las empresas criminales despojándolas de sus ganancias financieras, independientemente de un proceso penal.
El estándar civil de prueba requerido para el decomiso de activos significa que las autoridades pueden confiscar bienes incluso sin un caso penal vinculado, lo que aumenta aún más la eficacia del CACT.
Tendencias más amplias en la confiscación de activos
Esta operación es parte de una iniciativa más amplia del CACT liderado por las AFP para desmantelar las operaciones ilegales apuntando a sus bases financieras. El grupo de trabajo colabora con agencias como la Oficina de Impuestos de Australia (ATO) y la Fuerza Fronteriza de Australia para rastrear e incautar activos. Ejemplos recientes incluyen una incautación de activos por valor de 20 millones de dólares en Nueva Gales del Sur, relacionados con Ferraris, Lamborghinis y McLarens vinculados a fraude financiero.
“La capacidad de restringir y confiscar los bienes de quienes actúan ilegalmente envía el mensaje de que no sólo corren el riesgo de ser encarcelados, sino también de perder sus ganancias mal habidas”, afirmó el comandante de la AFP Jason Kennedy.
La creciente frecuencia y escala de estas operaciones demuestran un cambio hacia una fiscalización financiera agresiva como estrategia clave en la lucha contra el crimen organizado. El enfoque en la incautación de activos subraya que la actividad criminal no sólo se castiga con penas de cárcel, sino también con la eliminación completa de la riqueza obtenida ilegalmente.
La confiscación de vehículos de lujo y propiedades de alto valor sirve como un potente elemento disuasorio, ya que indica a los delincuentes que sus ganancias ilícitas están en riesgo. Se espera que este enfoque continúe a medida que los organismos encargados de hacer cumplir la ley amplíen sus capacidades de investigación financiera.
